La llegada del bebé y la convivencia con mi perro
Muchas cosas cambian al momento del arribo de un bebé a la casa, ya nada vuelve a ser como antes. Debemos cambiar nuestros hábitos, horarios y ciertas características de la casa; ya sea un cuarto, muebles, etc. Y si contamos con nuestro fiel amigo canino, él también notará los cambios.
Es lógico que uno se preocupe por la convivencia del bebé y nuestro perro, ya que es muy seguro que al comienzo no le demos la misma atención que nuestro perro estaba acostumbrado a recibir. Por esa razón hay distintos pasos que sirven para hacer este cambio más ameno para todos.
Primero debemos recordar que los perros son animales territoriales y nosotros somos su manada, entonces ahora es momento de presentarle e introducir a nuestro grupo a un nuevo integrante. Al igual que a nosotros este hay que cuidarlo y protegerlo.
Si vamos a preparar un cuarto para el bebé, dejar que el perro ingrese lo conozca, pero desde un comienzo indicar las reglas de ese ambiente. No se puede subir a tal mueble o debe moverse de forma tranquila. Con respecto a sus paseos, hay una alta probabilidad que al comienzo cambien de horario y de periodicidad, entonces también acostumbrarlo a este nuevo cronograma. Si existen acciones como subirse al sofá o correr dentro de la casa y no deseamos que haga eso con el bebé, comenzar a evitarlas.
Con la llegada del bebé a la casa, lo que debemos hacer es introducirlo a nuestro perro de manera amigable. Dejar que se acerca y lo huela. Recordemos que este bebé esta ingresando a su territorio y ahora será parte de la manada. Por supuesto que el perro tendrá mucha curiosidad, entonces debemos ser pacientes con él y no regañarlo ya que esta en su etapa de conocimiento; poco a poco se irá forjando una relación.
Otro punto a tener en cuenta, es el tiempo que pasamos con el bebé y nuestro perro, hacer todo lo posible para no dejar de lado a nuestra fiel mascota; que no se sienta desplazada. Ya habíamos comenzado un nuevo cronograma, pero en la casa y en los momentos recreativos, incluirlo y seguir con sus cariños y felicitaciones a las que estaba acostumbrado.
La higiene es muy importante, ahora con la llegada del bebé, esta seguro cambiará, entonces hay que tener cuidado con los pelos del perro, los juguetes, no dejarlos al alcance del bebé y hacer más asiduos sus baños; ya que estará más en contacto con nuestro bebé.
Contar con un perro entrenado, hace esta convivencia mucho más fácil, ya que él conoce los comandos como “quieto”, “abajo”, “sentado” y “echado”; que son los que vamos a estar utilizando durante este período de adaptación
Si se consideran estos puntos y se les brinda el amor y la atención que nuestras mascotas merecen, la convivencia crecerá y se transformará en una relación única para todas las partes.